La vida es una cadena de decisiones. Cada mañana, al levantarnos las decisiones comienzan su danza, e incluso desde la noche anterior, y así todo lo que logremos recordar. Decidimos a qué hora nos levantaremos a la mañana siguiente, qué nos vamos a poner, qué vamos desayunar, entre tantas otras decisiones. Si bien son decisiones que, tal vez, realicemos en piloto automático, la suma de todas éstas repercutirá en nuestras emociones, y en el día en el general. Una decisión puede cambiar nuestra vida. En este post te cuento un ejercicio súper efectivo de coaching que tu «yo del futuro» te recomendaría sin dudarlo.
Las decisiones parecen no ser importantes hasta que nos enfrentamos a una situación que nos llama a salir de nuestra zona de confort. En ese momento es cuando para decidir evaluamos diferentes aspectos de nuestra vida, nuestros recursos, capacidades, creencias y valores. Es donde entra en juego nuestro “yo del futuro”, y eso que no queremos que nos diga por habernos arriesgado o por habernos tirado para atrás.
Imaginate que estás cenando en tu casa, con tu pareja, recién se mudaron a la casa de sus sueños. De repente, suena el teléfono, atendés, es tu jefe que te propone el trabajo por el que tanto te esforzaste hasta ahora. La condición en mudarse a otro país. La propuesta involucra una posibilidad laboral para tu pareja también. Entonces es cuando tenés que tomar una decisión, de esas que te cambia la vida. De las que querés que tu “yo del futuro” este orgulloso. Te exige que te salgas del piloto automático y evalúes la situación a 360°. Las preguntas empiezan a brotar sin pausa:
- ¿Qué ocurriría si aceptas el trabajo?
- ¿Qué pasará con la casa nueva?
- ¿Qué rumbo seguirá tu desarrollo profesional si no aceptas el trabajo?
- ¿Qué pasará con tu pareja si no acepta ir?
Ante estas situaciones, el coaching te propone un ejercicio muy práctico. Para llevar adelante la decisión de una propuesta tan importante, en donde podrás aplicar las “coordinadas cartesianas” (++ “Bueno, Bueno”, +- “Bueno, Malo”, -+ “Malo, Bueno”, “Malo-Malo –) para evaluar cada decisión.
¿Cómo evaluar las decisiones?
Para aplicar las coordinadas cartesianas a nuestras decisiones, y tener un lugar más concreto para evaluar cómo repercutirá en los diferentes ámbitos de nuestra vida, se puede usar La Rueda de la Vida. Podremos evaluar cada sector de nuestra vida, y bajo la lupa de las coordinadas considerar los pros y contras de cada posibilidad.
Es posible que quieras dejar que “el destino decida”, aunque como en el libro “Elije tu propia aventura”, sos el autor de tu vida, el protagonista de tu historia y cuando lo sabés, dejás atrás la idea de dejarlo al azar. Sabés que podés tomar decisiones de calidad, si bien la responsabilidad es mucha, la satisfacción de saber que manejas tu vida es mucho mayor.
Decisiones a la acción
El ejercicio sería el siguiente. Dibuja una línea una vertical y otra horizontal. La línea vertical pasará por el punto medio de la línea horizontal.
- En el primer cuadrante (arriba a la izquierda) estarán las decisiones “Bueno-Bueno”, es decir que todos se benefician con las decisiones que tomes. De principio a fin todos ganan, hasta el entorno se ve beneficiado.
- En el segundo cuadrante (arriba a la derecha) estarán las decisiones “Bueno-Malo”: son las decisiones que benefician al que las toma y no al resto. Suelen traer consigo algo de “egoísmo”.
- En el tercer cuadrante (abajo a la izquierda) estarán las decisiones “Malo-Bueno”: son el tipo de decisiones que benefician a otros, y no benefician a quienes la toman. Es posible que estas decisiones las tomen personas de personalidad altruista, o personas que no se dan el lugar que merecen.
- En el cuarto cuadrante (abajo a la derecha) estarán las decisiones “Malo-Malo”: estas decisiones son las que muestran una falta de respeto para otros como para el que las toman. Terminan siendo perjudiciales para todos, e incluso para entorno.
Analiza los resultados y tus respuestas, e intenta tomarte la mayor cantidad de tiempo para culminar el cuadro. Cuanto más puedas reflexionar sobre las posibilidades que existen mejor será para tu decisión. Hacé que tu “yo del futuro” sólo tenga elogios para con tus decisiones del presente.