Trabajar sobre nuestras raíces parece ser que es uno de los ejercicios que resultan más sanadores. Es curioso que desde pequeños aprendamos la historia de nuestro país, de nuestra cultura y, sin embargo, poca atención -intencionalmente o no- prestemos a nuestra historia familiar.
Transgeneracional: de psicogenealogía a metagenealogía
El concepto “psicogenealogía” fue acuñado por Alejandro Jodorowsky a finales de la década de 1970. Más allá del uso y abuso que se le dio desde entonces, hay un denominador común y es que todos los enfoques proceden de una misma toma de conciencia: de la influencia del linaje sobre el individuo. Dichos enfoques están convencidos de que el inconsciente familiar interactúa con el inconsciente personal, tanto para lo mejor como para lo peor.
Luego de años práctica, Jodorowxsky decide recopilar los detalles de su práctica y junto a Marianne Costa, publican el libro “Metagenealogia”. En el libro, Jodorowsky explica que la metagenealogía no es estrictamente una “terapia”, sino un trabajo de toma de conciencia que supone la comprensión de los elementos del pasado que nos han formado, así como el inicio de un impulso futuro al cual nosotros damos forma. El autor, denomina metagenealogía al estudio del árbol genealógico bajo sus aspectos simultáneos y complementarios, es decir como trampa y/o como tesoro.
¿Conocernos a través del árbol familiar?
Para Jodorowsky es imposible conocernos a nosotros mismos si no conocemos el legado material y espiritual de nuestro árbol genealógico. Este tipo de análisis le da forma a muchas de nuestras creencias, bloqueos y situaciones que se repiten y no sabemos por qué.
Si no sanamos nuestro árbol es posible que quedemos atrapados en éste, porque el árbol genealógico actúa como una trampa, imponiendo -a la perfección- del proyecto cósmico de los descendientes sus límites materiales y psicológicos –mezclando temores, rencores, frustraciones, ilusiones, etc.
Ya desde el vientre de nuestra madre recibimos la orden de imitar el modelo legado por nuestros ascendientes. La familia no acepta la creación pura y simple, venida de “nada” sin modelo exterior. Ante la venida de un nuevo integrante solemos oír frases como: “se va a llamar como su abuelo”, “va a ser médico como el padre”, “será fuerte como la madre”, “no mirará atrás como sus tíos”, “que sea feliz”, en los mejores casos…
¿El árbol familiar es un organismo?
Desde la perspectiva de la metagenealogía, todos somos producto de dos tipos de fuerzas: la fuerza imitadora –dirigida por el grupo familiar, actuando desde el pasado- y la fuerza creadora –manejada por la Conciencia universal desde el futuro.
La familia actúa como un organismo. Cuando uno de sus miembros experimenta un cambio todo el conjunto reacciona, positiva o negativamente. El estudio del árbol genealógico como vía de conocimiento tiene un propósito sanador. Por eso sanar desde el presente implica sanar al árbol y sanar el árbol nos lleva a sanar el alma.
¿Cuándo se analiza el árbol familiar?
- Bloqueos
- Me siento como «fuera de lugar»
- Conductas adictivas
- Problemas con la alimentación
- Conflictos de parejas/Repetición/Paternidad/Maternidad
- Relaciones con los padres/hijos
- Desmotivación
- Miedos
El objetivo es la aceptación del árbol, así tal cual como es (pasado y presente)
¿Te gustaría trabajar sobre tu mapa familiar?
Las sesiones son online y duran una hora y media.
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