Es posible que dejar las cosas para después sea un hábito en tu día a día. Y por esta razón te hayas encontrado en múltiples oportunidades haciendo las cosas de un modo que no te hicieron sentir del todo bien. Uno de los principios de la PNL es que no existen personas vagas, sino personas que no tiene una meta clara. Procastinar se ha vuelto casi un deporte en la rutina de la vida contemporanea. En este post aprenderás a salvar uno de los hábitos que, tal vez, sea el más nocivo ante la posibilidad de conseguir lo que quieres.
Dejarlo para después «nos queda cómodo»
El modo en el que hacemos lo que hacemos responde a infinita información que procesamos a lo largo de la vida, y «dejarlo para después» no es más que una conducta que aprendimos. Y que además, aprendimos a manejar. Sabemos lidiar con «hacer todo rápido» porque aprendimos a procastinar.