El duelo es el proceso natural que experimentamos cuando enfrentamos una pérdida significativa. No solo ocurre ante la muerte de un ser querido, sino también en situaciones como una ruptura amorosa, la pérdida de un empleo, una mudanza o incluso cambios en nuestra identidad o propósito de vida.

Aspectos clave del duelo:
-Es un proceso único para cada persona: no hay tiempos “correctos” para superarlo.
-Implica emociones intensas como tristeza, enojo, culpa, miedo o confusión.
-No se trata solo de «superar» la pérdida, sino de integrarla en nuestra vida de una manera saludable.
-Puede manifestarse en distintos niveles: emocional, físico, mental y espiritual.
¿Qué es el Grief Coaching?
El Grief Coaching es un proceso de acompañamiento que ayuda a las personas a transitar el duelo de manera consciente y saludable. A diferencia de la terapia, que se enfoca en sanar heridas emocionales profundas, el coaching guía a la persona para que encuentre herramientas que le permitan reconstruirse y seguir adelante con su vida.
Puntos clave:
-No se trata de olvidar, sino de transformar el dolor en crecimiento.
-Se enfoca en el presente y en el futuro, ayudando a establecer nuevos objetivos de vida.
-Acompaña diferentes tipos de duelo: pérdida de un ser querido, rupturas, cambios de vida, entre otros.
-No es terapia ni consejería psicológica, sino un proceso basado en preguntas poderosas y estrategias de autoconocimiento.
Etapas del Duelo según Kübler-Ross
El modelo de Kübler-Ross describe 5 etapas emocionales que una persona puede experimentar tras una pérdida. No son lineales ni obligatorias, pero ayudan a entender el proceso:
Negación – “Esto no me puede estar pasando.”
Ira – “¿Por qué a mí? ¡No es justo!”
Negociación – “Si hubiera hecho esto, tal vez no habría pasado.”
Depresión – Tristeza profunda, sensación de vacío o desesperanza.
Aceptación – Integración de la pérdida y adaptación a una nueva realidad.
Herramientas prácticas para la etapa de NEGACIÓN
La negación es una respuesta natural cuando la pérdida es demasiado difícil de aceptar. La persona puede actuar como si nada hubiera pasado, evitar hablar del tema o sentirse desconectada emocionalmente. No es un rechazo consciente, sino un mecanismo de protección.
Cómo acompañar en esta etapa:
Validar la emoción: No presionar a la persona para que “acepte la realidad” de inmediato. Decir cosas como: “Es normal que te sientas así” ayuda más que forzar una reacción.
Escucha activa: Crear un espacio seguro para que exprese lo que siente, sin juicios ni apuros.
Hacer preguntas suaves: En lugar de confrontar con la realidad, preguntas como “¿Cómo te estás sintiendo estos días?” pueden abrir el diálogo.
Usar anclajes de realidad: En algunos casos, actividades concretas como escribir o recordar pequeños detalles pueden ayudar a integrar la pérdida de manera progresiva.
Acompañar sin expectativas: Cada persona sale de la negación a su propio ritmo.
Herramientas prácticas para la etapa de IRA
La ira en el duelo puede manifestarse como enojo hacia uno mismo, hacia otros, hacia la vida o incluso hacia la persona que falleció. Es una forma de expresar el dolor y la frustración ante lo que no se puede cambiar.
Cómo acompañar en esta etapa:
Validar la emoción: Frases como «Es normal sentir enojo en este proceso» pueden ayudar a la persona a no sentirse culpable por lo que experimenta.
Ofrecer espacios seguros para liberar la ira: Actividades como escribir, hacer ejercicio, gritar en un espacio privado o golpear un cojín pueden ayudar a canalizar la emoción de manera saludable.
Evitar juzgar o minimizar: Decir “No te enojes” o “No vale la pena sentirte así” puede hacer que la persona se cierre aún más.
Fomentar la expresión con límites saludables: Si la ira se dirige hacia alguien más, invitar a la persona a reflexionar antes de actuar impulsivamente.
Guiar con preguntas poderosas: “¿Qué hay detrás de tu enojo?” o “¿Qué necesitas en este momento?” pueden ayudar a identificar la raíz de la emoción.
Herramientas prácticas para la etapa de DEPRESIÓN
En esta fase, la persona siente una profunda tristeza, vacío y falta de motivación. Es una respuesta natural ante la pérdida y no siempre significa depresión clínica, pero sí requiere acompañamiento con empatía y paciencia.
Cómo acompañar en esta etapa:
Brindar presencia y escucha activa: No siempre es necesario decir algo; a veces, solo estar ahí es suficiente. Frases como «Estoy aquí para ti» pueden ser reconfortantes.
Evitar minimizar el dolor: Comentarios como “Tienes que ser fuerte” o “El tiempo lo cura todo” pueden invalidar la emoción de la persona. Mejor usar frases como “Es normal sentirte así después de una pérdida”.
Fomentar el autocuidado en pequeñas acciones: Sugerir actividades simples como salir a caminar, escuchar música o hacer algo que antes disfrutaba, sin presionarla.
Recordar que no está sola: A veces, el duelo puede hacer que la persona se aísle. Ofrecer compañía sin forzarla puede marcar la diferencia.
Observar signos de alerta: Si la tristeza es persistente y afecta su vida diaria, puede ser necesario sugerir apoyo profesional.
Herramientas prácticas para la etapa de ACEPTACIÓN
La aceptación no significa olvidar ni dejar de sentir dolor, sino integrar la pérdida en la vida y encontrar un nuevo equilibrio. En esta fase, la persona empieza a ver hacia el futuro con mayor claridad y a reconstruirse.
Cómo acompañar en esta etapa:
Respetar el proceso personal: Cada persona vive la aceptación a su ritmo. No significa que el duelo haya terminado, sino que se transforma.
Fomentar la expresión de nuevos significados: Preguntar “¿Qué aprendizajes te deja esta experiencia?” puede ayudar a integrar la pérdida de forma más positiva.
Apoyar en la reconstrucción de la identidad: Muchas veces, la pérdida cambia la forma en que la persona se ve a sí misma. Acompañar en la exploración de nuevos intereses y propósitos es clave.
Recordar que es normal tener altibajos: Aceptar no significa no sentir tristeza de vez en cuando. Validar estos momentos sin presionar es fundamental.
Fomentar rituales de conexión: Escribir una carta, encender una vela o hacer una actividad en honor a lo perdido puede ser un puente entre el pasado y el presente.
Acompañar el duelo es un acto de amor y comprensión. Espero que toda esta información te haya brindado claridad y herramientas valiosas para entender mejor este proceso.
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