Cuando planteamos un objetivo podemos notar algunos indicios sobre si lo que queremos está encaminado bien o no. Notaremos si estamos haciendo las acciones adecuadas para ir modulando con aquello que queremos lograr. Al comenzar a pensar en la meta nos podemos dar cuenta sobre nuestra predisposición para lograrlo con éxito. En este post te cuento cuáles son los tres pasos fundamentales para alcanzar tus objetivos.
Todos los objetivos son válidos
Cada vez que pensamos un objetivo, eso que pensamos ya está disponible. Ahora toca comenzar a modular con ese “futuro motivante” para concretarlo. Por eso imaginar es importante. Es el primer paso a la hora de comenzar a plantear un objetivo.
La imaginación aumentada te dará la llave para que puedas sentir cada detalle de tu objetivo. Las emociones, en relación a cada aspecto de eso que quieres alcanzar, son la llave para que comiences a cruzar los portales entre tu presente y tu objetivo.
Percibir cómo se siente
Al comenzar a pensar en lo que quieres puede ser que aparezcan ciertas emociones que te hacen dudar sobre lo que quieres. Estar atento a estas emociones es importante porque son las claves de los juicios de valor negativos que tienes que trabajar para liberar el camino de cualquier bloqueo que pueda aparecer.
Crear un plan de acción
Una vez que estás seguro de lo que quieres, que sentís que estás alineado con tu meta, es útil para su concreción que armes un plan de acción. Tener en cuenta la agenda y el tiempo real te ayudarán a lograrlo. El plan de acción no es una lista de ideas, ¡es una lista de acciones! Nosotros hacemos acciones, no ideas.
Descubre más sobre cada uno de estos puntos en el siguiente video:
Al estar tu motivación guiada por los para qué, y al activar ese mínimo de voluntad que se pide para que seas feliz, no habrá obstáculo alguno que te separe de lo que realmente quieres.
¡A por tu objetivo!