La Ira: dialoga con tus emociones

Existen diferentes trabajos sobre la emoción de la Ira. Frente a esta emoción debemos estar atentos a que la ira no siempre implica una agresión en sí, en ocasiones implica reacciones pasivas como el enojo. La Venerable Thubten Chodron, quien trabajó profundamente sobre esta emoción, explica que la ira, como todas las emociones, ocurre en la mente, y su antídoto es «la paciencia», que está en la mente también. Es decir que su raíz está en nuestra percepción sobre lo que está pasando.

la ira

¿Cómo trabajar con la ira?

Chodron afirma que para trabajar con la ira, debemos reconocerla primero como un estado mental aflictivo. Incluye desde una pequeña irritación hasta la agresión y el odio. Estas emociones tienen algo en común: exageran cualidades de algo o alguien tomándolo como un todo, y perdiendo la perspectiva de implicación e interconexión que tenemos con lo que estamos sintiendo. Es como si entráramos en una «visión de túnel».

¿Dónde están las puertas de Ira y de la Compasión?

Un guerrero samurai, fue a ver al Maestro Zen Hakuin y le preguntó: «¿Existe el infierno? ¿Existe el cielo? ¿Dónde están las puertas que llevan a ellos? ¿Por dónde puedo entrar?».

Era un guerrero sencillo. Los guerreros siempre son sencillos, sin astucia en sus mentes, sin matemáticas. Sólo conocen dos cosas: la vida y la muerte. El no había venido a aprender ninguna doctrina; sólo quería saber dónde estaban las puertas, para poder evitar la del infierno y entrar en el cielo. Hakuin le respondió de una manera que sólo un guerrero podía haber entendido.

«¿Quién eres?»: le preguntó Hakuin.
«Soy un samurai»: le respondió el guerrero. En Japón, ser un samurai es algo que da mucho prestigio. Quiere decir que se es un guerrero perfecto, un hombre que no dudaría un segundo en arriesgar su vida.

«Soy un samurai, un jefe de samuráis. Hasta el Emperador mismo me respeta», dijo.

Hakuin se rió y contestó: «¿Un samurai, tú? Pareces un mendigo».

El orgullo del samurai se sintió herido y olvidó para qué había venido. Sacó su espada y ya estaba a punto de matar a Hakuin cuando éste le dijo»: Esta es la puerta del infierno. Esta espada, esta ira, este ego, te abren la puerta».

Esto es lo que un guerrero puede comprender. Inmediatamente el samurai entendió. Puso de nuevo la espada en su cinto y Hakuin dijo: Aquí se abren las puertas del cielo».

El cielo y el infierno están dentro de ti. Ambas puertas están dentro de ti. Cuando te comportas de forma inconsciente, estás a las puertas del infierno; cuando estás alerta y consciente, estás en las puertas del cielo.

La mente es el cielo, la mente es el infierno y la mente tiene la capacidad de convertirse en uno de ellos. Pero la gente sigue pensando que existe en alguna parte, fuera de ellos mismos… El cielo y el infierno no están al final de la vida, están aquí y ahora. A cada momento las puertas se abren… en un segundo se puede ir del infierno al cielo, del cielo al infierno.

OSHO

Recomendado: «Trabajando con la ira y el enojo» de Thubten Chodron (Editorial Albricias – Página)

2 comentarios sobre “La Ira: dialoga con tus emociones

  1. Viviana Contestar

    Espectacular el texto. Justo para el momento que estoy atravesando. Gracias por compartirlo

    • EscuelaDeCoaching Autor del artículoContestar

      Gracias Viviana! Cuando prestamos atención a cómo pueden condicionarnos nuestras emociones, y nos permitimos generar un espacio, es posible que tomemos mejores decisiones tanto para nosotros como para nuestro entorno. Que estés bien,

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